El pedido de revocatoria de mandato del alcalde de Quito, Pabel Muñoz, ha desatado una ola de tensiones políticas en la capital ecuatoriana. A medida que se acerca la fecha límite para la entrega de formularios de recolección de firmas, el Concejo Metropolitano se encuentra dividido entre quienes ven el proceso como un ejercicio de participación ciudadana y quienes lo consideran una maniobra desestabilizadora.
La situación se complica aún más con la inminente renovación de la vicealcaldía en mayo. La paridad de género exige que el cargo sea ocupado por una mujer, lo que ha generado rumores de una disputa interna en el bloque de Revolución Ciudadana, el partido mayoritario en el Concejo.
Revocatoria: ¿Participación o maniobra?
La vicealcaldesa Fernanda Racines y la concejala Diana Cruz, ambas de Revolución Ciudadana, denuncian una motivación política detrás de la revocatoria, atribuyéndola a las críticas del alcalde al Gobierno central. Sin embargo, el concejal opositor Andrés Campaña defiende el derecho a evaluar la gestión de las autoridades, aunque reconoce las deficiencias estructurales del municipio en áreas como la movilidad y la ejecución presupuestaria.
Por su parte, la concejala Analía Ledesma advierte sobre la inestabilidad política que afecta a Quito, recordando los precedentes de las administraciones de Jorge Yunda y Santiago Guarderas.
Vicealcaldía: Rumores y silencios
La renovación de la vicealcaldía añade incertidumbre al panorama político. Aunque las concejalas Racines y Cruz niegan públicamente una disputa por el cargo, los rumores persisten en los pasillos del Palacio Municipal. Ledesma, por su parte, critica la gestión de la actual vicealcaldesa y lamenta la premura por ocupar el puesto.
Desafíos estructurales y futuro incierto
Más allá de las disputas políticas, el municipio enfrenta desafíos estructurales en áreas como la movilidad, la ejecución presupuestaria y la gestión de empresas públicas. Los concejales coinciden en la necesidad de abordar estos problemas para garantizar la gobernabilidad y el desarrollo de la ciudad.
El futuro político de Quito pende de un hilo, con la revocatoria de mandato y la renovación de la vicealcaldía como factores clave. La incertidumbre se mantendrá hasta que se definan los resultados de ambos procesos.