El Municipio de Guayaquil rediseña la Plaza San Francisco, en el centro de la ciudad. La renovación desplaza a 20 comerciantes de quioscos históricos junto a la iglesia. La obra, de USD 595 mil, transformará la plaza en cuatro meses.
Por otra parte, el arquitecto Pablo Jácome, de Obras Públicas, detalla el proyecto. Dentro de la modernización se sustituyen adoquines tradicionales por concreto estampado, más estético y funcional, con pigmentación y moldes que imitan madera o piedra, modernizando el espacio emblemático.
Aunque se construirán nuevos locales comerciales, estos no serán destinados a los actuales vendedores. «Son locales para un nuevo concepto, lo ideal sería que sean de comidas y bebidas”, según informo Jácome.
Además, el plan moderniza la pileta central, mantiene el monumento a Rocafuerte, instala jardineras, luminarias LED, reubica esculturas y crea un mural artístico. Aunque construyen nuevos locales, estos priorizan comidas y bebidas, excluyendo a los actuales comerciantes.
Comerciantes no podrán seguir cuando se modernice la obra
En consecuencia, los vendedores, como Jorge Burga, denuncian engaño. Afirman que firmaron documentos sin saber que aceptaban abandonar los quioscos. “Nos preguntaron necesidades, pero nunca aclararon que perderíamos el espacio”, dice Burga, reflejando el malestar general.
Por su parte, el Municipio asegura que socializó el proyecto desde 2024, respaldado por firmas de los comerciantes. Sin embargo, los afectados insisten en la falta de transparencia y exigen reubicación en zonas céntricas para no perder clientela.
Finalmente, tras un reportaje de medios nacionales, el Municipio convocó a los comerciantes a dialogar. Muchos esperan otra reunión para reconsiderar la decisión. Una ordenanza clara sobre reubicación garantizaría equidad y preservaría los medios de vida de estos vendedores.