La Municipalidad de Quito iniciará la tercera semana de junio la intervención en la tradicional calle Rocafuerte, como parte de la segunda fase de recuperación urbana del Centro Histórico. Este proyecto busca mejorar la calidad de vida de los moradores, recuperando la habitabilidad y condiciones de salud pública para más de 200 mil ciudadanos, a través de la ampliación de aceras, nueva iluminación y arborización.
Calle Rocafuerte: intervención
La intervención en la calle Rocafuerte se enmarca en la visión de la Alcaldía de Quito, que prioriza al ser humano en el centro del desarrollo y la planificación urbana. Este proyecto busca no solo mejorar la movilidad, sino también atraer el turismo y fomentar un mejor convivir en el barrio.
El miércoles, autoridades y funcionarios municipales, junto a medios de comunicación, recorrieron la zona desde Mama Cuchara hasta el Arco de Santo Domingo, constatando la necesidad de estas mejoras para la seguridad peatonal. Se reafirmó que el proyecto no afectará la operatividad de la Estación del Cuerpo de Bomberos Loma Grande.
Detalles de la intervención
Francisco del Salto, director Metropolitano de Desarrollo Urbanístico de la SHOT, detalló los alcances de la intervención. “Tenemos tres intervenciones fuertes a lo largo del eje de la Rocafuerte, desde el arco de la plaza Santo Domingo hasta la Mama Cuchara y la integración con las escalinatas hasta el playón de La Marín.
Estas incluyen el ensanchamiento de aceras, colocación de plataformas a nivel para los cruces peatonales, iluminación, mejoramiento de las condiciones de las fachadas en planta baja y arborización”, afirmó Del Salto. Se estima que se ganarán 2.500 metros cuadrados para el peatón y se intervendrán 1.000 metros de la vía.
Los moradores del sector han sido informados sobre el proyecto. Jorge Sigüenza, morador de la Loma Grande, destacó: “La primera socialización del proyecto se realizó en enero, prácticamente son seis meses de estar informados y, en el transcurso del tiempo, ha habido varias socializaciones en territorio.
La gente está gustosa de recibir este proyecto implantado en el barrio porque mejora no solo la movilidad, atrae el turismo, hace un buen convivir y el tránsito de peatón va a mejorar sobre manera”. La inversión para esta fase ronda los USD 450 mil, financiada mediante una gestión interinstitucional del Municipio de Quito, liderada por la Secretaría de Hábitat y Ordenamiento Territorial (SHOT).
Antecedentes y beneficios
En diciembre pasado, la Municipalidad ya inauguró la primera fase de este plan de recuperación urbana en el eje de la calle Benalcázar, con una inversión de USD 600 mil. Esta fase previa permitió recuperar espacios que concentran actividades capaces de atraer población, priorizando al peatón e invitando a ocupar y vivir el espacio público.
Los principales ejes de acción en estos proyectos incluyen la intervención en el espacio público (calles completas), el desarrollo de corredores verdes, la promoción de la movilidad sostenible y la valoración del patrimonio natural y cultural. Todo esto busca recuperar la residencialidad, reactivar el turismo y dinamizar la economía de la zona, ofreciendo una mejor calidad de vida a los habitantes.
Estrategias de revitalización
Desde el urbanismo, las estrategias clave para este proyecto abarcan el ensanchamiento de aceras, la eliminación de obstáculos, la inclusión de elementos pacificadores, el arbolado urbano y el incremento de vegetación mediante macetas. Estas acciones están diseñadas para crear un entorno más amable y seguro para los peatones.
José Morales, titular de la SHOT, expresó la visión detrás de estas intervenciones. “Buscamos romper la lógica de solo pensar en un espacio idóneo de la puerta para adentro, porque los ciudadanos merecemos poder caminar con comodidad y tranquilidad por nuestros barrios.
Nuestra intención es que la gente que vive en estas zonas se quede, disfrute de su vida de barrio y no quiera mudarse a otras zonas, y por eso nuestros esfuerzos están avocados a garantizarles calidad de vida en el espacio público”, señaló Morales. Este enfoque integral demuestra el compromiso con la revitalización del Centro Histórico.