El artista ecuatoriano Franz del Castillo exhibió su dibujo de 3.003 metros de longitud en la Avenida Amazonas de Quito. La obra, que aspira a obtener el récord Guinness al dibujo más largo del mundo, provocó una ola de comentarios entre los cientos de personas que la visitaron.
La Avenida Amazonas de Quito, convertida en galería de arte, fue el escenario donde Franz del Castillo presentó su obra, resultado de más de 700 horas de trabajo. El dibujo, que representa desde templos coloniales hasta paisajes ecuatorianos y figuras públicas, se extendió a lo largo de tres kilómetros, ofreciendo una experiencia única a los transeúntes y capturando la atención de quienes buscan presenciar un posible récord Guinness.
Reacciones del público en Quito y el récord Guinness
«Me gusta la técnica del artista. He visto Ecuador, (…) los cuatro mundos: la sierra, la costa, (las islas) Galápagos y el oriente (selva de la Amazonia)», comentó Candice Roboam, bibliotecaria de 47 años residente en Quito, a medios nacionales. Su testimonio refleja la apreciación por la representación de la diversidad geográfica del país en la obra, y el asombro de ver una obra que busca un récord Guinness.
Por otro lado, Belén Bolaños, estudiante de 18 años, expresó su emoción al recorrer la exhibición en Quito. «El Centro Histórico de la ciudad, que es parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad, está muy bien representado», afirmó, destacando la fidelidad con la que Del Castillo plasmó elementos icónicos de Quito. Además, expresó su admiración por el intento de récord Guinness.
Detalles técnicos y logística
En primer lugar, la creación de esta obra monumental requirió un esfuerzo considerable. De hecho, Del Castillo utilizó marcadores recargados con decenas de litros de tinta y papel kraft de alto gramaje importado de Bangladesh. En consecuencia, la bobina resultante pesó 1,5 toneladas y la obra, en total, abarcó 3.000 metros cuadrados. Además, la logística para la exhibición en Quito involucró la colaboración de decenas de personas. Fueron ellas las que ayudaron a extender el dibujo sobre el asfalto de la Avenida Amazonas. Todo esto con la esperanza de, finalmente, establecer un nuevo récord Guinness.
El futuro de la obra
Franz del Castillo planea fragmentar la obra en piezas más pequeñas para exhibirlas en galerías de todo el mundo. No obstante, su impacto en Quito perdurará, dejando una huella imborrable en la memoria de quienes tuvieron la oportunidad de presenciarla. De hecho, la Avenida Amazonas de Quito se convirtió en un espacio de encuentro y diálogo en torno al arte. Además, la búsqueda del récord Guinness añade un elemento de emoción y expectación a la obra, lo cual atrae aún más la atención del público