Tamara Salazar se inspiró en Escobar y Dajomes para alcanzar su sueño olímpico



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La halterista ecuatoriana Tamara Salazar resaltó la inspiración y sueños que le produjeron sus compatriotas Alexandra Escobar y Neisi Dajomes en los anteriores Juegos de Río 2016, motor de una ilusión que la condujo al podio en Tokio, donde se alzó hoy con la medalla de plata.

“Hace cinco años vi por televisión competir a la experimentada Alexandra Escobar y también a Neisi Dajomes, en los Juegos de Río, que han sido mi ejemplo a seguir, y desde ese momento soñé, me esforcé y lo logré”, aseguró en una entrevista que difunde el Comité Olímpico Ecuatoriano (COE).

Salazar se convirtió hoy en la segunda mujer ecuatoriana, después de Neisi Dajomes el domingo, en conseguir una medalla para el país sudamericano, en su caso en la categoría de 87 kilogramos.

En sus primeros Juegos Olímpicos, la atleta levantó 113 kilogramos en arrancada y 150 en dos tiempos, para un total de 263 kilogramos.

“Esta medalla tiene todo el significado al trabajo, al esfuerzo, a la dedicación que he dado a este deporte, toda mi vida se podría decir, porque empecé en este deporte desde muy niña. Eso pesa y significa esta medalla por todos estos años”, añadió la deportista nacida en el Carchi, la misma provincia andina donde nació el ciclista Richard Carapaz, que fue el primer ecuatoriano en estos juegos en ganar la medalla de oro.

En sus declaraciones, Salazar resaltó la unión y amistad con Dajomes, a quien considera una hermana, pues han venido preparándose y compitiendo juntas desde los 11 años a nivel local y, luego, en torneos internacionales.

La explosión deportiva de Salazar se dio en el Campeonato Mundial de Tailandia de 2019, donde ganó la medalla de bronce, que ratificó con otra del mismo color en los Juegos Panamericanos de ese mismo año en Lima, Perú.

“Cuando la vi a Neisi levantar ayer (domingo) su medalla olímpica, me motivó tanto que vine hoy a hacer lo mío”, expresó la halterista de 24 años, cuya fortaleza radica en el envión.

La atleta contó que su camino al podio no fue color de rosas dado que debió entrenarse con una lesión en la rodilla, dolores en la espalda y en el hombro, pero el sueño olímpico la hicieron perserverar hasta superar todos los obstáculos.

Hasta los juegos de Tokio, en los que ha ganado hasta ahora dos medallas de oro y una de plata, Ecuador sólo contaba con las preseas del marchista Jefferson Pérez en 1996 (oro) y 2008 (plata). EFE



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