A 34 años de la muerte de la periodista colombiana Diana Turbay, su familia vuelve a ser marcada por la violencia: Este sábado 7 de junio de 2025, su hijo, el aspirante presidencial Miguel Uribe Turbay, fue atacado a bala por un sicario de 15 años.
En medio de la expectativa por la salud de senador de 39 años, Colombia y América Latina reviven lo que le sucedió a su progenitora a manos del también extinto narcotraficante Pablo Escobar Gaviria.
¿Quién era Diana Turbay?
Diana Turbay Quintero, reconocida periodista colombiana, fue secuestrada el 30 de agosto de 1990 por el Cártel de Medellín y asesinada el 25 de enero de 1991 en Copacabana, Antioquia, durante un operativo de rescate policial.
Su secuestro, orquestado por Pablo Escobar, buscaba presionar al gobierno de César Gaviria contra la extradición de narcotraficantes a Estados Unidos.
Una carrera dedicada al periodismo
Diana Turbay Quintero nació el 9 de marzo de 1950 en Bogotá, hija del expresidente colombiano Julio César Turbay Ayala (1978-1982) y Nydia Quintero. Estudió Jurisprudencia en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, pero se destacó como periodista. Fue directora del noticiero Criptón desde 1987 y editora de la revista Hoy por Hoy, consolidándose como una figura respetada en los medios colombianos. Su trabajo se enfocó en cubrir temas de conflicto armado y política, incluyendo la campaña presidencial de César Gaviria.
Turbay estuvo casada con Luis Francisco Hoyos Villegas, con quien tuvo a su hija María Carolina Hoyos Turbay (1972). Posteriormente, contrajo matrimonio con Miguel Uribe Londoño, con quien tuvo a su hijo Miguel Uribe Turbay (1986), actual senador y precandidato presidencial. Su trayectoria profesional y su linaje político la convirtieron en un objetivo estratégico para los narcotraficantes.
El secuestro de Diana Turbay por el cártel de Medellín
El 30 de agosto de 1990, Turbay fue engañada con la promesa de una entrevista con Manuel Pérez Martínez, alias «El Cura Pérez», líder del ELN. En realidad, el contacto lo realizó un miembro de Los Priscos, un grupo criminal al servicio de Escobar. El secuestro formaba parte de una estrategia del denominado grupo Los Extraditables (que controlaba al cártel de Medellín), para presionar al gobierno colombiano y evitar la aprobación de un tratado de extradición a Estados Unidos.
Junto a Turbay, fueron secuestrados su camarógrafo Richard Becerra y otros periodistas, además de figuras como Francisco Santos Calderón y Maruja Pachón. Turbay estuvo retenida durante 147 días en una finca en Copacabana, Antioquia. Durante su cautiverio, se reportó que sus captores la trataron con cierta humanidad, e incluso logró negociar la liberación de un rehén a cambio de un comunicado grabado donde aseguraba un trato digno. Sin embargo, su situación era precaria, y según reportes, inició una huelga de hambre para protestar por su confinamiento.
Una muerte envuelta en controversia
El 25 de enero de 1991, un operativo policial no autorizado por la familia de Turbay intentó rescatarla. Durante el enfrentamiento entre la policía y los captores, Diana recibió un disparo en la espalda que dañó su hígado y riñón izquierdo. A la mujer la trasladaron al Hospital General de Medellín, donde falleció tras varias horas de cirugía debido a una insuficiencia cardíaca.
La versión oficial indicó que el disparo provino de sus captores, pero otras fuentes, como las declaraciones de Jhon Jairo Velásquez, alias «Popeye», sugieren que la bala pudo haber sido disparada desde un helicóptero de la Fuerza Pública. La responsabilidad de su muerte sigue siendo debatida.
El legado de Diana Turbay
La muerte de Diana Turbay conmocionó a Colombia y marcó un punto de inflexión en la lucha contra el narcotráfico. Su caso, narrado en el libro Noticia de un secuestro de Gabriel García Márquez, destacó la violencia de los carteles y el impacto en el periodismo.
En 1992, se creó la Fundación Diana Turbay, dedicada a la formación de periodistas. Un barrio en Bogotá y una institución educativa llevan su nombre, honrando su memoria.
Su hijo, Miguel Uribe Turbay, ha seguido un camino político, manteniendo vivo el legado de su madre en la esfera pública colombiana. Sin embargo, la violencia volvió a hacer presa de su familia y el joven senador ahora se debate entre la vida y la muerte.