Decoraciones eclécticas, lúdicas y naturales, basadas en los hobbies, y con una fuerte presencia de las plantas y la iluminación solar son algunas de las tendencias decorativas que vienen pisando fuerte este año

¿Por qué no evocar en casa un rincón de la naturaleza?, o pensar en un estilo cercano al de las haciendas que nos impactan en las series o películas. Tal vez sean los juegos de la infancia, los videojuegos o discos favoritos los que pueden formar parte de la decoración. ¿Es posible? Claro que sí, porque además que está de moda.

Y es que en 2022 las tendencias “cottagecore”, que evoca lo rústico y campestre; y “biofilia”, que apuesta por llenar de plantas los hogares; se une todo un afán por convertir el hogar en un reflejo de nuestros gustos y pasiones.

Y para comprender estas tendencias y los detalles que las conforman, así como los mejores consejos para llevarlas a cabo, Natalia Zubizarreta, experta decoradora española, tiene varios consejos para transformar nuestro hogar en el refugio que siempre habíamos soñado

CASAS LLENAS DE VIDA

“A través del juego, la música, la decoración, las aficiones… El ser humano conecta con su esencia, conecta con el niño y eso nos hace sentir vivos. Sin duda hay una nueva versión del ser humano que es más ingenioso, lúdico y creativo por tener que crear sin recursos y encontrar formas de seguir divirtiéndose, para poder seguir siendo niño”, afirma Zubizarreta.

Y, una vez más, el origen de todo viene de la pandemia: “tras el encierro ha surgido una creatividad, emoción, ilusión y existen tendencias decorativas más arriesgadas, más juguetonas y lúdicas en las que se arriesga más”, añade la experta

“Además, parece que hay una tendencia ecléctica donde hay diversidad”, comenta y señala que “de ahí que incluso la decoración, a nivel de paletas de colores y estilos decorativos, tenga esa tendencia más arriesgada y lúdica, más llena de creatividad y valentía”.

La experta cree que, tras todo lo acontecido, “ahora necesitamos divertirnos y disfrutar porque lo hemos pasado muy mal y esto por supuesto se traduce también en las autodecoraciones más creativas”.

En otras palabras, “necesitamos arraigar”. Y por eso, no nos sirven “los interiores impecables e inmaculados donde todo está perfecto. Están muy bien, pero dejan poco espacio para la vida real”.

En su lugar, buscamos “lo rústico, los colores y elementos naturales, los materiales, dejar espacio para descubrir momentos únicos y dar forma a los recuerdos”, dice Natalia, explicando así el auge de las decoraciones “cottagecore” y campestres.

Para Zubizarreta, “de alguna forma los colores, los elementos decorativos rústicos crean entornos de gran nivel sensorial y esto nos ayuda a conectar, y ahí creo que está en gran medida la vuelta a lo rústico”.

HOGAR NATURAL

Después de lo vivido en la pandemia “estamos más melancólicos y al final lo de la tierra, la piedra, lo natural, lo rústico…, nos ayuda a frenar y a conectar con el presente, a sentirnos seguros y a deleitarnos con la sencillez”, explica Natalia.

Porque “los hogares en los que realmente hay vida están llenos de recuerdos, sus paredes cuentan historias, y cuando la historia está por todas partes (en las paredes, en los objetos, en las obras de arte, en la madera imperfecta, en el crujido de un tablón en el suelo, en una empuñadura de latón) significa que hay una pertenencia a ese lugar”.

En la misma línea de buscar la naturaleza, la experta destaca la “biofilia”, otra tendencia en la que las plantas inundan los hogares: “nos hemos encerrado en casas donde muchas veces no teníamos ni siquiera un balconcito donde tomar aire. Hemos añorado la naturaleza y la libertad”.

Una añoranza que tiene una consecuencia: “el ser humano ha creado de alguna forma un mecanismo de supervivencia de ‘por si acaso me vuelven a encerrar, ahora que valoro tanto esto a ver cómo lo puedo integrar en mi hogar’”, dice Natalia.

“De ahí que las plantas para hogares sin balcón, terraza o jardín sea el recurso para conectar con la naturaleza, con ellas de alguna forma tomamos aire”, explica, y añade que “de ahí también la búsqueda obsesiva de la iluminación natural”.

¿Cómo lograrla? Hay varias maneras: “Ya sea utilizando espejos, abriendo la distribución, con tabiques de cristal”. Pero lo que está claro es que “la gente quiere ahora luz natural. Tiene ese ‘shock’ de lo que ha vivido y necesita esa vitamina D y ese bienestar de la naturaleza en casa”.

Esto se traduce, a la hora de comprar y elegir materiales, en dos palabras, según Zubizarreta: “Lo sostenible”. Porque “ahora ya tenemos mucha más conciencia eco, queremos ser más respetuosos con el planeta y hablamos siempre de materiales sostenibles, reciclables o reciclados”, explica.

Así, “los materiales son estos, superficies vírgenes, con textura, la belleza de lo desigual, lo tosco combinado con otros elementos para crear una atmósfera auténtica de calor humano”. Y de este modo “se llevan los diseños orgánicos. El borreguito es el tejido estrella para tapicerías, cojines y un montón de elementos”, detalla.

Porque, en definitiva, “en un hogar así siempre te sientes bienvenido”.

Agencia EFE y vanguardia.com.mx