El huevo, un alimento económico y accesible, ha sido durante mucho tiempo un pilar en la dieta de millones de personas.
Este alimento es una excelente fuente de proteínas de alta calidad. Contiene los nueve aminoácidos esenciales que el cuerpo humano no puede producir por sí mismo, lo que lo convierte en una fuente completa de proteínas.
Sin embargo, a pesar de sus innegables ventajas nutricionales, su consumo ha estado en el centro de debates sobre salud.
Es por ello que se exploran los beneficios de incluir huevos en nuestra alimentación y las precauciones que se deben tener en cuenta, según la nutricionista Lissette Ordóñez.
Un huevo grande contiene aproximadamente 6 gramos de proteína, con la clara proporcionando casi toda esta cantidad.
“Este macronutriente es esencial para la reparación y el crecimiento muscular, la producción de enzimas y hormonas, y el mantenimiento de tejidos”, explica la nutricionista.
Además de su contenido proteico, el huevo es rico en vitaminas y minerales. Ordóñez señala que entre sus nutrientes más destacados se encuentran la vitamina A, esencial para la salud ocular y la función inmunológica; la vitamina D, que ayuda a la absorción de calcio y fortalece los huesos; y las vitaminas del complejo B, como la B12 y el ácido fólico, que son cruciales para el sistema nervioso y la producción de glóbulos rojos.
Beneficio de consumir huevo
Otro de sus beneficios es que ayuda a perder peso y a mantenerlo, gracias a su alto contenido proteico y bajo nivel calórico.
“La proteína presente en los huevos promueve la saciedad, ayudando a reducir el hambre y evitando el consumo excesivo de alimentos”, detalla la profesional.
Asimismo, estudios han demostrado que el consumo de huevos en el desayuno mejora la sensación de saciedad y disminuye el consumo de calorías a lo largo del día.
Pero a pesar de sus beneficios, el consumo de huevo no está exento de contraindicaciones, especialmente para algunas personas.
Uno de los principales puntos de preocupación ha sido el contenido de colesterol.
Un huevo grande contiene aproximadamente 186 mg de colesterol, que se encuentra en la yema. Pero Ordóñez afirma que “la mayor parte del colesterol en la sangre es producido por el propio cuerpo en respuesta a una dieta rica en grasas saturadas, más que por el consumo de colesterol dietético”.
Para aquellos con niveles elevados de colesterol LDL (colesterol “malo”), o con antecedentes de enfermedades cardíacas, la nutricionista sugiere moderar el consumo de yemas y optar por claras de huevo, que son prácticamente libres de colesterol.
Otro riesgo potencial del consumo de huevo es la posible presencia de salmonela, una bacteria que puede causar intoxicación alimentaria.
Para minimizar este riesgo, aconseja consumir huevos completamente cocidos, evitando el consumo de huevos crudos o poco cocidos, como en algunos platos de repostería o mayonesa casera.
Por último, la profesional menciona las alergias al huevo, que suelen ser comunes especialmente entre los niños. “La proteína del huevo puede causar reacciones alérgicas que van desde leves (erupciones cutáneas) hasta graves (dificultad para respirar).
Aunque muchas personas superan la alergia al huevo con el tiempo, aquellos que la padecen deben evitar su consumo por completo”, dice.