El Gobierno de Ecuador y el movimiento indígena retomarán este miércoles el diálogo en una nueva iniciativa para calmar los ánimos después del regreso del presidente Guillermo Lasso de la cumbre climática y de España, y tras las protestas populares de finales de octubre.
Un portavoz de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) confirmó a Efe que “la invitación está aceptada”, en tanto que por redes sociales, la principal organización que reúne a pueblos y nacionalidades ancestrales abogó por un “diálogo transparente y con resultados”.
“El 10 de noviembre los pueblos, nacionalidades y organizaciones sociales esperamos verdadera participación democrática y atención del Gobierno Nacional a las propuestas y alternativas para enfrentar la crisis”, decían en su mensaje.
SEGUNDA RONDA
El retorno a la mesa de negociaciones se produce en un ambiente de relajación y de mayor apertura del Gobierno a la negociación, tras un mes negro en el que Lasso debió afrontar un bloqueo parlamentario, ahora a priori destrabado; el efecto de la publicación de los papeles de Pandora; y las protestas callejeras de grupos sociales entre el 26 y 27 de octubre.
Estas incluyeron una manifestación en Quito, de menor participación a la esperada, y el bloqueo de carreteras en al menos una decena de provincias, pero fueron suspendidas a raíz del viaje de Lasso a la cumbre de la COP26 y a España, así como por un largo puente con motivo del Día de Difuntos y la Independencia de Cuenca.
En el interim, graves acusaciones verbales entre el mandatario ecuatoriano y el presidente de la Conaie, Leonidas Iza, que no auguraban precisamente una reanudación del diálogo, pero el domingo el movimiento indígena, tras consultar a sus bases, aceptó la invitación.
La Conaie exhortó al Gobierno a que el diálogo sea “público”, con representación de las organizaciones y pueblos, para que exista “transparencia y verdadera participación democrática”, aunque por el momento se desconoce el formato.
El Gobierno preferiría, sin embargo, un foro mucho más reducido en el que se pueda “avanzar”, y donde no se incurra en un problema de “manejo, político” ni haya una “asamblea abierta”, dijo la semana pasada la ministra de Gobierno, Alexandra Vela.
El pasado 4 de octubre, a una primera reunión entre las partes, asistieron medio centenar de representantes indígenas, en una negociación que terminó de forma “satisfactoria” para el Ejecutivo, pero sin resultado alguno para la Conaie.
LA GASOLINA EN EL EPICENTRO
En la mesa está aún la demanda del movimiento indígena para que el presidente reduzca el precio de las gasolinas tras la progresiva subida hace unos meses por un cambio en la fórmula de tarificación, que aplicó en 2020 el entonces presidente Lenín Moreno.
El 22 de octubre, el actual Gobierno anunció una suspensión del alza pero lo hizo por encima de las expectativas de los grupos sociales más fuertes, que pedían parar el incremento según las tarifas de junio.
También la anulación de políticas “neoliberales”, y entre ellas la aplicación de una mora de un año en la ejecución de pequeños prestamos y créditos, y “dar inmediata aclaración” de las acusaciones por el caso de los Papeles de Pandora, donde apareció que Lasso tuvo propiedades en paraísos fiscales.
El mandatario ha reconocido que las tuvo mientras era ciudadano de a pie, pero asegura que se deshizo de ellas antes de presentar su candidatura, según una ley de 2017.
En un aparente gesto de buena voluntad, el Gobierno anunció este lunes un indulto a tres líderes indígenas que estaban detenidos por diversas causas, y entre ellos a Antonio Vargas, un exjefe de la Conaie, acusado en 2017 por supuesto tráfico de tierras.
“Esta decisión consiste en el perdón de las penas privativas de la libertad y multas que les han sido impuestas”, señalaba el comunicado presidencial sobre los decretos 245 y 246.
Los otros dos, Carlos Chacha Iza y Gonzalo Villamil Gualinga, fueron detenidos durante las duras protestas de octubre de 2019 contra la anulación de los subsidios a la gasolina adoptada por Moreno, decreto luego derogado para pacificar el país.
Como señal de advertencia, mañana, mientras sus líderes acuden al Palacio de Carondelet, sede de la Presidencia, el movimiento indígena ha convocado una vigilia desde primera hora en el Parque del Arbolito, su lugar de concentración habitual en Quito.