El proceso de vacunación requiere mayor agilidad, en vista del rápido incremento que registran los contagios de coronavirus en el país.
El Ministerio de Salud ha empezado con el personal sanitario y uniformados que trabajan en primera línea y con los adultos mayores, lo cual está muy bien, pero también debería tomarse en cuenta a quienes presentan enfermedades que pueden aumentar el grado de vulnerabilidad.
Se ha indicado que la diabetes, la hipertensión, los problemas respiratorios crónicos, entre otras de mucha incidencia en Ecuador, podrían desencadenar complicaciones en personas que padecen COVID-19.
La presencia de cepas más agresivas de coronavirus aumenta el riesgo potencial de enfermar, pero también de que las personas vulnerables desarrollen sintomatología grave.
Tampoco esto quiere decir que el desorden y la informalidad vuelvan a imperar en el proceso. Las denuncias sobre personas que fueron incluidas sin cumplir los requisitos, o de grupos preferenciales inmunizados por influencias no pueden repetirse. Eso volvió tardío el arranque y sembró desconfianza.