El surgimiento de nuevas tecnologías ha provocado que el mundo tenga una perspectiva distinta de las cosas. Sin duda, la era digital se convirtió en un canal indispensable de información, repercutiendo en el sistema global. Todos los países, por pequeños que sean, tienen acceso a la red, permitiéndoles a las personas ser parte de la tecnología.
Uno de los sectores más vulnerables dentro de la sociedad son los jóvenes, cuando su criterio no está formado. Para ellos, la tecnología puede convertirse en un arma de doble filo, pues se presta para muchas cosas positivas o negativas. Un mal uso podría llevar a que el proceso educativo se tergiverse.
La juventud está en constante cambio, emocional o corporal, es por ello que los padres tienen la obligación de entenderlos, charlar y ser afectivos. Es fácil palpar la realidad de los jóvenes y el rol que cumplen con la tecnología, pero puede ser un riesgo para ellos cuando esta herramienta no se manipula de manera idónea.
Dentro de la sociedad red existen muchas problemáticas. La maldad está presente de diferentes maneras, y las redes sociales pueden ser un riesgo.
Es allí, donde nos damos cuenta que el internet no llegó solo con fines productivos. En este, caso debería ser usado para que la juventud se eduque, ya que esta herramienta facilita la comunicación, los estudios y la vida. Sin embargo, también se puede observar cómo en distintas sociedades, principalmente en las más desarrolladas, la violencia que involucra a jóvenes tiene un gran índice, y que obliga a desencadenar una lucha para enfrentarla.
Un claro ejemplo es Norteamérica, principalmente Estados Unidos, donde se observan sucesos macabros que involucran a jóvenes. Sin piedad se atenta contra la vida de personas alrededor, incitados por la influencia de series, películas, o mensajes que se encuentran en internet, que llenan la mente de los jóvenes de cosas negativas llevándolos al borde del abismo, y que la única salida sea cometer una locura.
Se puede decir que la llegada de nuevas tecnologías sí cambia la manera de pensar, sobre todo en la juventud, pero así mismo daña la mente de gran parte de ella, si no se le da el uso correcto. Además, existen personas que fomentan el odio utilizando a los jóvenes, y es allí donde los padres, junto a los psicólogos, deben intervenir, fomentar el diálogo con los chicos desde temprana edad, para que cuando crezcan su formación no se vea afectada por el odio y la maldad, y poder generar un cambio social en un mundo perdido en valores.