Una vez que se eliminó la prueba Transformar, que limitaba el acceso de los bachilleres a las universidades públicas, corresponde a los centros de educación superior la asignación de cupos en forma transparente y bajo conocimiento de la ciudadanía.
Lo que se ha hecho es una forma de descentralización. Hasta ahora, los cupos se manejaban en forma concentrada a través del Senescyt, lo cual ocasionaba quejas por las restricciones a quienes elegían una carrera o un centro de estudios determinados.
Las universidades, al recuperar la competencia para asignar los cupos según sus capacidades, deben difundir los métodos que emplean con el fin de que los ciudadanos los conozcan. De cualquier forma, deben manejarlos con ética, transparencia y equidad.
Es indiscutible que no todos los bachilleres tienen acceso a las universidades.
“Los bachilleres aumentan a mayor ritmo que el cupo en las universidades”.
La población estudiantil en el nivel de bachillerato crece a un ritmo mayor que la capacidad que tienen las instituciones de nivel superior de atender la demanda.
Se estima que en Ecuador se gradúan unos 300 mil estudiantes secundarios cada año y los cupos universitarios no llegan a un tercio de esa cifra.
Frente a ello, debería darse más importancia a la formación técnica de nivel superior con estándares de calidad y excelencia.
Editorial de El Diario publicado este martes 20 de septiembre del 2022 en nuestra edición impresa.