Es lamentable que el proceso de concesión del aeropuerto Eloy Alfaro de Manta, realizado con nula transparencia, haya sido declarado desierto, justamente por presentar fallos. Esto constituye una pérdida de tiempo.
Lo que corresponde ahora es que las autoridades involucradas en la concesión, como la Dirección de Aviación Civil y el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, inicien un nuevo proceso, con las condiciones requeridas.
Ahora, que existe un riesgo país más bajo, que Ecuador es visto como un país con un gobierno de integración mundial y que hay condiciones para la delegación de bienes estatales, la negociación debe ser más favorable.
“Se encaminó un proceso sin transparencia y viciado de fallas”.
Sobre todo, deben corregirse procedimientos. El gobierno anterior no consideró a la provincia y a las ciudades que están en su entorno, cuando el aeropuerto, por tratarse de un bien estratégico, debe figurar en los planes de desarrollo locales. Prácticamente, la delegación se encaminó a espaldas de la comunidad y de los organismos que, por su naturaleza, deberían estar involucrados.
Ahora, es necesario que se integre al Gobierno Provincial de Manabí, por tratarse de una infraestructura provincial, y por lo menos a las municipalidades de Manta y Jaramijó, que comparten el área del aeropuerto.