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Es correcto que el presidente de la República convoque a una consulta popular y ponga a consideración de los ciudadanos temas que ya agotaron su camino a través de la Asamblea Nacional o de la negociación política y que no fueron aceptados.

La oposición que tiene el mandatario en el Legislativo ha bloqueado varias propuestas del Gobierno, ya sea para enfrentar los efectos de la crisis, flexibilizar normas que complican las posibilidades de inversión en el país o hacer más eficiente al Estado.

Lo que el Ejecutivo propone ahora son ocho temas relacionados con seguridad, reformas legales, manejos políticos y servicios que fueron parte de sus ofertas de campaña y, en vista de la imposibilidad que los asambleístas los aprueben, se los consulta a la población para que se pronuncie.

“Si la Asamblea no da paso a las reformas, está bien que se consulte al pueblo”.

Todavía quedan otros cambios necesarios como reformas al IESS, la flexibilidad laboral, la simplificación tributaria, que también fueron parte de la campaña del presidente y que deberían quedar pendientes, ya sea para una futura consulta o para ser incorporados por alguna otra vía legal.

El país debe darse la oportunidad de un cambio para destrabar procesos de mejora y de eficiencia. Si la Asamblea Nacional, por las conveniencias políticas de la mayoría, no da paso a las reformas, está bien que sea el pueblo el que escoja las opciones más convenientes.

Editorial de El Diario publicado este miércoles 14 de septiembre del 2022 en nuestra edición impresa.