Las autoridades de Ecuador deben atender como asunto prioritario la falta de lluvias.
Es necesario prepararse para los diferentes escenarios; y eso, solo se logra con información clara. Hasta ahora, el Estado no está entregando esto, por lo menos, con la amplitud que se espera.
Es preciso que los organismos encargados del monitoreo, seguimiento y análisis de estos temas compartan más información, no solo entre ellos, también con los sectores productivos, especialmente el agropecuario. Incluso con los ciudadanos.
Mientras el Covid-19 atrapa la atención de los integrantes de la sociedad ecuatoriana y las autoridades, la amenaza del cambio climático y del fenómeno La Niña, o algún otro factor, está alejando las lluvias – hasta ahora- de la mayor parte del Litoral ecuatoriano.
“Con datos claros y concretos se puede tomar decisiones acertadas; sin ellos, no”.
El déficit de pluviosidad no debe ser observado como un hecho aislado, afecta la producción, especialmente la agrícola y ganadera, que ya está impactada por los altos precios de insumos debido a la crisis naviera o de contenedores que se soporta a nivel internacional.
Un nuevo golpe al sector, presentado como el déficit hídrico, sería muy fuerte. Algo así podría trasladarse a toda la sociedad en varios frentes; la escasez de productos en la seguridad alimentaria y el incremento de precios, tendría un efecto en la economía, solo por citar dos campos.
Editorial de El Diario publicado este sábado 15 de enero del 2022 en nuestra edición impresa.