Es necesario que se replantee y reforme el sistema contra incendios y la estructura de los cuerpos de bomberos del país, para mejorar la situación de estas instituciones.
Estas dependencias, históricamente, han sobrevivido con pocas rentas, pese a que cumplen una vital función de protección a la comunidad.
Se debe encontrar una línea de financiamiento permanente y que proporcione recursos suficientes para permitir una operación de calidad y que posibilite, también, una frecuente actualización de conocimientos.
Es preciso que se tome en cuenta el número de profesionales que se requiere en cada cantón, e incluso las distancias a las que deben estar los cuarteles, de acuerdo con parámetros como la densidad poblacional y la relación tiempo-distancia.
Los cuerpos de bomberos requieren dotación de instrumentos de trabajo, entre ellos motobombas. Los cuerpos de bomberos de Manabí tienen décadas sin que se actualice su parte automotor, y si han mejorado ha sido con donaciones y autogestión.
A raíz del terremoto, decenas de cuarteles bomberiles quedaron destruidos en Manabí, y todavía funcionan en lugares improvisados, lo cual desdice del trato que reciben estas instituciones de gran apoyo en emergencias.
No se debería seguir probando fórmulas. Los bomberos necesitan una estructura más adecuada para operar con eficiencia y calidad.
