Pasadas las 6 de la tarde del lunes 8 de marzo, una nueva víctima de esta pandemia se sumaba a las estadísticas nefastas del covid-19. El hecho golpeaba a los comunicadores de la provincia. Moría Don Ramón Solórzano Cruzatte.
Desde su propia emisora se escuchaba a Yonny Moreira, Jefferson Ramos, Enrique Moreira (Tardeli), informar con la voz cortada y lágrimas en sus ojos, el triste acontecimiento. 
Muy particularmente conocí a Don Ramón, cuando empezaba mis estudios universitarios en el año 1990. Uno de sus colaboradores, Don Ramiro Quirola Andino (También fallecido) llevaba años laborando para él, y de él conocí la trayectoria y el amor por la radio, que desarrollaba Don Ramón. 
Luego de unos años, en Radio Católica Manabí, lo conocí de cerca. Don Ramón era el  ingeniero de sonidos, el técnico responsable del correcto funcionamiento de la emisora,  de sus consolas, de sus cabinas, de la antena principal, de sus repetidoras. Don Ramón era el más calificado y respetado técnico, al que incluso de otros lugares fuera de Manabí y el país consultaban. 
Fue el pionero de la radio en FM en Manabí, vanguardista de la tecnología y la radio digital. Pero sobre todo, fue un hombre sencillo y muy parco. Nunca demostró con aires de grandeza lo grande que era. Tranquilo y honesto, Don Ramón Solórzano Cruzatte fue un Señor a carta cabal. 
Recuerdo hace unos pocos años, antes de la pandemia, me lo encontré fuera de la emisora en la ciudadela Bellavista. Me mostró una remodelación que estaba haciendo a los estudios de la emisora, para entrar a lo virtual, a lo visual-radio. Don Ramón nunca dejó de innovar.  
Hoy duele su partida. Su legado debe continuar y perdurar en el tiempo, para lo cual Radio Sono Onda deberá irradiar la luz que de su alma emane.
Su partida cierra una época de la radio en Manabí, pero gana el Reino de los Cielos, en donde seguramente Don Ramón ya está asesorando a Dios, para poner en marcha la Radio Celestial.