El desarrollo de la ciencia moderna ha hecho posible el mundo de hoy. Sin la ciencia estaríamos viviendo en la oscuridad; la gente, la información y los bienes estarían limitados a la velocidad del caballo, y la vida a 30 años promedio.
La ciencia es un edificio gigantesco construido por miles de científicos que durante siglos trabajaron para crearlo pieza por pieza. Actualmente, estas piezas son estudios de investigación, realizados bajo normas globales y publicados en revistas revisadas por pares que son leídas, discutidas y citadas por expertos mundiales. Estos artículos y conferencias guían a los gobiernos y corporaciones en la elaboración de políticas y productos que definirán nuestro futuro.
El problema es que casi no hay voces científicas ecuatorianas en esas revistas ni en las conversaciones creando el futuro del mundo. Dos de las mayores trabas para nuestra participación son el escaso dominio del inglés y las dificultades de nuestros científicos para publicar en las revistas más citadas.
El problema del idioma es complejo, pero más cercano a solucionar. El 93% de las top revistas publican sólo en inglés. Felizmente la traducción electrónica está 90% acertada y mejora cada día. Un editor especializado puede eliminar los errores restantes y formatear el artículo en poco tiempo.
La organización y el formato de la investigación es más simple de entender, pero más difícil de resolver. Para permitir la colaboración internacional, la revisión por pares y la difusión mundial, el formato aceptado debe incluir: Título, Resumen, Introducción, Metodología, Resultados, Análisis de resultados, Conclusión y Bibliografía, y nada más. A pesar de estar obligados por ley a completar y publicar investigaciones originales en revistas académicas, el tipo de investigación que les enseñan desde sus tesis sigue otro modelo: Título, Justificación, Diseño Teórico, Metodología, Cronograma y Bibliografía.
Ecuador tiene excelentes académicos e investigadores geniales, pero ante estas diferencias fundamentales es imposible cumplir con el requisito de la ley. No es malo tener un estilo propio, pero para trabajar con otros científicos debemos también manejar el formato universal. En los países de América Latina, África y Asia, los investigadores se enfrentan a los mismos problemas de nutrición, pobreza, salud y deterioro ambiental, y muchos han avanzado y encontrado soluciones. Pero también están aislados por el chovinismo idiomático y científico, por lo que no podemos colaborar o beneficiarnos de los esfuerzos de los demás.
Como educador e investigador creo que para que nuestras voces sean escuchadas y retomemos nuestro propio camino, es urgente promover el inglés profesional y ayudar a nuestros académicos a participar en las conversaciones científicas.
Michael Frederic Feldman