El 13 de septiembre del 2017, en el municipio hubo una promesa sin color, olor, ni sabor. Ese día se anunció que en menos de dos años Manta tendría agua potable las 24 horas del día de forma ininterrumpida. Pasaron los dos años, se fue la administración de Jorge Zambrano y esa promesa no se cumplió. Aguas Manta y su socia privada Veolia eran las responsables de cumplir el ofrecimiento. Esta semana nos hemos enterado que esa alianza, que se firmó por 10 años, ese 13 de septiembre, está a punto de romperse con graves consecuencias para la ciudad. Veolia pide a la EPAM el pago de 20 millones de dólares. Ha acudido a la justicia para cobrar. Eso no es todo. Empezó a retirar los servicios a su cargo: mantenimiento de las estaciones de bombeo de agua y el 31 de octubre dejará de cumplir con la facturación de las planillas. Las deudas hay que pagarlas, pero lo que se debe aclarar es si realmente son 20 millones, como dice Veolia. O menos, mucho menos, como sostiene la EPAM. Y un tema sigue pendiente: ¿Por qué aún Manta no tiene agua las 24 horas del día como se prometió esa mañana del 2017?