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Los municipios tienen la responsabilidad de fijar el precio del pasaje urbano. Por estos días Portoviejo y Manta, entre otros, debaten cuál debe ser el precio justo que permita a los transportistas costear sus operaciones, obtener utilidad y que al mismo tiempo no signifique un alto impacto en la economía del consumidor.

Fijar un valor absoluto puede ser un error en un país que emplea una fórmula matemática que lleva a que el precio de los combustibles esté en relación al precio internacional del petróleo.

Además del combustible, otros insumos de los transportistas, como el aceite, las llantas, entre otros, también varían sus precios bajo la misma lógica.

“Sincerar la economía de ecuador, es lo mejor en el largo plazo”.

Entonces, lo lógico sería que los municipios establezcan una fórmula que determine el precio del transporte según el del petróleo.
Hoy los insumos están altos porque el petróleo está alto. Lo justo es subir el pasaje para que los transportistas puedan operar con ganancias. Pero mantener ese precio del pasaje, aun cuando el petróleo baje, sería injusto para el público.

El ecuatoriano está acostumbrado a precios fijos del combustible y del pasaje del bus. Es correcto que esto cambie y que estos precios dependan del mercado.

Sin duda este cambio causa molestias, pero sincera la economía, y eso en el largo plazo es más conveniente.

Editorial de El Diario publicado este martes 28 de septiembre del 2021 en nuestra edición impresa.