Es conocido que nuestro país es esencialmente paternalista; esto es, como costumbre atávica dentro de la “filosofía de la gratuidad del estado” para sus conciudadanos, por haber sido instaurado dicho hábito por nuestros políticos, en sus objetivos de captar los votos del electorado en tiempo de elecciones; tal como ahora lo estamos viviendo, al igual que con las empresas públicas que son subsidiadas por no ser rentables y que por eso el sector oficial cada vez pierde millonada de dólares en este sentido. Frenándose al mismo tiempo el desarrollo nacional, al distraerse los ingentes recursos presupuestarios al respecto.
Y actualmente, en estos últimos años, que se ha venido practicando un modelo de socialismo moderado, o sea, un poco diferente al ortodoxo, es que por ello bien se justifica traer a colación el contenido del sabio aforismo chino, de que “antes de regalar el pescado para que coman las personas, es preferible enseñarles a pescar, a fin de que se alimenten el resto de su existencia”.
Considerando como muy oportuno citar este axioma inteligente y así de ese modo nuestra gente conozca el verdadero sentido que debe tener esta acción de ayuda al prójimo, tal como es evidente aceptarlo y ello no termine en una simple caridad pública o ya también solamente sea algo pasajero; como siempre ha sucedido y que por eso no desaparece la mendicidad en las calles. Es decir, por cuanto esto no soluciona en forma definitiva los problemas de supervivencia humana.
No deja de ser muy lógica y realista esta sentencia doctrinal para la conducta personal, la misma que debe orientársela hacia valores intrínsecos, para que el ciudadano se sienta útil para sí mismo y con los demás. Aprendiendo a valerse por cuenta propia y con más razón si todavía es joven, en que entonces puede recibir una mayor disciplina y capacitación laboral y con ello sepa desenvolverse en su vida.
Lamentando de ahí, que el paternalismo estatal a falta de formación ciudadana en valores ya se ha institucionalizado, como nuestros políticos bien lo saben y no hacen nada para evitarlo si no antes por el contrario en cada ocasión ofrecen el “oro y el moro” a sus electores; sin importarles comprometer los recursos fiscales.
Siendo por eso, que este tipo de ayuda contribuye a empobrecer más a nuestros ciudadanos, así como en el mal llamado “Bono de Desarrollo Humano”, que de desarrollo no tiene nada por mantener en la pobreza a sus beneficiarios.