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La construcción de la nueva área de mariscos de la plaza central es una obra necesaria y, por tanto, debe ser ejecutada dentro de los plazos establecidos, una vez que se haga la contratación.
Cinco años son mucho para esperar una obra elemental de todo centro de abastos, que debió ser considerada como parte del proyecto integral de reconstrucción de lo fue el mercado barrial No. 1, destruido por el terremoto del 2016.
El tiempo ha transcurrido entre trámites, devoluciones y reformulaciones del proyecto, que bien pudo haberse financiado con parte de los fondos para la reconstrucción que se destinaron a otras actividades, algunas alejadas de los fines de la recuperación de las pérdidas que dejó el terremoto.
Durante estos sesenta meses, la población se ha abastecido en un espacio que hubo que improvisar, en no tan buenas condiciones sanitarias ni de seguridad. Es menester, por lo tanto, que las autoridades locales insistan en los planes y en la necesidad de que se cumplan los plazos, como debe ser.
Mientras, la plaza central seguirá siendo en la realidad una obra inconclusa, a pesar de que en los papeles no sea así.