El aumento de actos delictivos incrementa, en forma simultánea, la percepción de inseguridad. Y más en estos meses, en los que cíclicamente se registran más casos de robos y asaltos.
Es necesario, por lo tanto, que el Gobierno mantenga el estado de excepción, para controlar el porte de armas y como una forma de disuadir los planes de grupos delincuenciales y garantizar a la ciudadanía la tranquilidad que se ansía.
En los meses de noviembre y diciembre, cada año, la delincuencia parece aumentar sus ataques, atraída por el aumento de dinero circulante y el alza en las ventas.
“La delincuencia parece aumentar sus ataques, atraída por el aumento de dinero y el alza en las ventas”.
Frente a esto, es saludable que se mantenga la vigilancia de grupos militares y policiales, con rondas de control y operativos en todas las ciudades, sobre todo en las áreas de mayor movimiento comercial.
El estado de excepción debe ser un recurso para garantizar la seguridad ciudadana. De nada habrá servido si, una vez que termine, la incidencia de robos y asaltos vuelve a los parámetros anteriores.
Por otro lado, es necesario que otras funciones del Estado, como la administración de justicia, tomen decisiones para castigar a quienes lo merezcan, sin subterfugios jurídicos que, a la postre, ponen en duda su eficiencia e integridad.
Editorial de El Diario publicado este viernes 29 de octubre del 2021 en nuestra edición impresa.