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Sorprende e indigna la pasividad con la que la Empresa Pública de Agua maneja el tema de las filtraciones de agua en el túnel de fondo de la represa Río Grande de Chone. Manabí debe administrar sus represas.

Hay dos palabras que pueden resumir lo que pasa con las represas: indolencia y centralismo.

En cuatro años, las fisuras de la represa Río Grande se duplicaron, pasando de 4 a 8, según el Colegio de Ingenieros de Manabí. Y las otras represas?

Pese a eso, el gerente de la Empresa Pública de Agua asegura, desde Guayaquil, responde que no hay un plazo para contratar una consultoría.

Esa consultoría es la debe permitir determinar lo que está originando las filtraciones.

Esto es incomprensible si se considera el asunto y el tiempo transcurrido.

Un embalse es agua, y el agua es vida bien administrada, pero también se transformar en un riesgo para la vida si no es así.

“Siempre será mejor administrar los recursos desde lo cercano”.

Es más, la presencia del fenómeno El Niño debería acelerar la toma de decisiones, esperando que no se complique la situación con la sobrecarga de agua que podría tener el embalse.

Además el tema, es una prueba más para insistir en que Manabí debe recuperar el manejo de sus recursos hídricos.

La competencia fue quitada en el gobierno de Rafael Correa con la desaparición del CRM, la JRH y la CEDEM.

Esa competencia debe volver a la provincia  a un nuevo organismo o volver al Gobierno Provincial de Manabí.

Es claro, que la competencia debe recuperarse con recursos o fondos.

Editorial de El Diario publicado el sábado 15 de julio del 2023 en nuestra edición impresa.