Antes de que comience la temporada lluviosa, es necesario que se realicen trabajos preventivos para evitar las emergencias, tan frecuentes en estos meses.
La falta de previsiones y de planificación para el desarrollo de las ciudades en Manabí termina pasando factura en el tema de seguridad y prevención de riesgos. Por ejemplo, una lluvia de mediana intensidad es capaz de causar inundaciones en ciudades como Manta, Portoviejo, Montecristi y otras, porque los sistemas de evacuación pluvial están colapsados o no fueron diseñados con la capacidad suficiente.
Las plantas de agua potable suelen paralizarse cuando aumenta la turbiedad de los ríos que las abastecen, dejando a la población a expensas de que mejoren las condiciones de los caudales para poder recibir el servicio, lo cual en ocasiones ha tardado hasta una semana.
El aumento de áreas urbanizadas ha llevado a la ocupación y taponamiento de zonas de riesgo, como laderas o drenajes naturales que, no obstante, en cualquier momento pueden causar problemas de inundación o deslizamientos.
Mientras no se planifiquen las intervenciones, a modo de prevención, Manabí seguirá de emergencia en emergencia, tanto porque llueve como porque no. La gestión de riesgos es un área necesaria, no solo desde el Gobierno sino desde lo local.