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Hablar de Manabí ha sido siempre hablar de playas, cielo y mar, tradicionalmente hemos escuchado que esta tierra linda es cuna de “hombres valientes y mujeres hermosas”, también frases como: “Si ya sabes hacer cosas de la casa, te puedes casar”, “Eres una mujer decente, eres de la casa”. 

Hoy queremos reflexionar cuánto hemos avanzado en la deconstrucción de frases como estas, que conducen muy sutilmente a las mujeres a estar subordinadas y sometidas a la tutela de sus compañeros, esposos, amigos, novios o, en todo caso, a que el hombre en el hogar, sea este hermano, tío abuelo, primo, ejerza autoridad y poder desigual sobre los demás, porque el patriarcado (poder de los hombres) considera que las mujeres no están capacitadas para hacerlo por sí mismas. Por otro lado, estas frases  hacen que el objetivo de vida de las mujeres se encasille únicamente a la belleza y al cuidado de los otros, a todo lo doméstico, situación que aún persiste.
Los patrones socioculturales se mantienen, generando violencia de todo tipo contra las mujeres, lo cual lo evidencian las estadísticas de denuncias presentadas en la Fiscalía, JCPD, Unidades Especializadas contra la Violencia de Género. 
Consecuentemente, en Manabí existen mujeres de todas las edades, motivadas por toda una historia que han construido y siguen construyendo a través de los años hasta alcanzar algunos de sus derechos: el derecho a la educación, el reconocimiento a la participación política, sufragio, divorcio, acceder a carreras profesionales como la medicina, las ciencias exactas, carreras de ingeniería, todas estas profesiones consideradas únicamente de varones. 
Jóvenes, mujeres, mujeres adultas mayores, que alzan su voz de protesta para decirle al Estado que una vez más las abandona, negándoles el derecho a la salud. 
El veto total del Código Orgánico de la Salud, lo señala el presidente de la Federación de Médicos del Ecuador, es un “error histórico”, se le niega al país mejorar la calidad de la salud pública. Actitud que significa para las mujeres la negación al derecho a la salud en forma digna y segura. 
 
Zoila 
Menéndez Vélez