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 El pasado 1 de octubre se conmemoró el Día Internacional del Adulto Mayor. La fecha la instituyó la Organización de las Naciones Unidas en memoria de Ema Godoy Lobato, escritora mexicana que dedicó su vida a trabajar por este sector de la sociedad. En Ecuador existen 1’229.089 adultos mayores (personas de más de 65 años). Se pronostica que para el año 2025, en un hogar vivirán cuatro generaciones. 

Al recordar esta fecha se visualizan aspectos y realidades que afrontan los adultos mayores, en lo que se refiere a la calidad de vida y la igualdad de oportunidades para acceder a condiciones de higiene, alimentación y cuidados médicos, promoviendo la dignidad de estas personas y su importancia en la sociedad como  el legado, la historia y la sabiduría.? La tercera edad constituye la aceptación del ciclo vital, único y exclusivo de uno mismo y de todas aquellas personas que han llegado a este proceso. Supone la aceptación responsable de la propia vida.  
Debemos saber que todos envejecemos, y que tenemos que disponernos para hacerlo bien y sacarles mayor provecho posible a esos años. El envejecer es un proceso dinámico, gradual, natural, inevitable e indefinido, que en ocasiones provoca la exclusión de la sociedad. 
El imaginario social tiene ideas erróneas acerca del envejecer, funcionando como mitos y prejuicios, provocando actitudes negativas frente al proceso del envejecer. Estas ideas son producto del tipo de sociedad a la que pertenecemos, una sociedad asentada sobre la productividad y el consumo. De forma equivocada la sociedad valora todo aquello que le resulta productivo, considerando que las personas mayores no aportan nada, representando una carga, una valoración negativa, desgraciada y poco respetuosa de las personas mayores, provocando en ellas malestar y complicaciones, falta de ilusión, de alegría, de ánimo, provocando la soledad, ausencias del grupo social o familiar, con falta de comunicación, afectividad y comprensión, creando tristeza y enfermedad. 
Debemos cambiar de actitud y asumir que nuestros mayores representan la experiencia y, por lo tanto, la sabiduría. Hay que recuperar el afecto hacia ellos que son la columna vertebral de la sociedad. Ser mayor no es estar retirado, es por el contrario una forma diferente de participación, que es indispensable para nuestro propio crecimiento. Es un proceso continuo de crecimiento intelectual, emocional y psicológico. Momento en el cual se hace un resumen de lo que se ha vivido hasta el momento. Es un período en el que se debería gozar de los logros personales y contemplarse los frutos del trabajo personal, útiles para las generaciones venideras. 
 
Mirella 
Adum Lipari