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Es adecuado que las autoridades intervengan en actividades masivas en las que no se respete el distanciamiento y la desinfección, incluso en eventos privados que representen algún tipo de riesgo, pues, en la cuenta final, lo que está en riesgo es la salud de la población.
Según el servicio ECU911, durante el fin de semana tuvieron 519 alertas de aglomeraciones en el país. En Manabí fueron 49.
En Portoviejo, la procesión en honor a la Virgen de la Merced se descontroló por el afán de personas que decidieron acompañar en bicicletas y motos, y de quienes se reunieron en las calles por donde pasaba el recorrido, sin ningún tipo de distanciamiento y muchos sin ninguna protección.
Las personas deben entender que hay que respetar las normas de bioseguridad. El cuidado debe estar en cada uno, para no enfermarse y para no afectar a la familia y el entorno. Y no solo eso, sino que si hay numerosos contagios colapsan las casas de salud y disminuyen las posibilidades de recibir un adecuado tratamiento.
 
 
La salud es un tema público y está bien que se apliquen multas y, si fuera el caso, se dispongan detenciones y restricciones más severas para quienes atenten de esta forma contra el bienestar colectivo.
Los científicos advierten de posibles rebrotes a consecuencia de las aglomeraciones. Hay que ser más conscientes de ello y ajustar los controles.