Es inexplicable lo que ocurre con los destacamentos bomberiles de Manabí que sufrieron daños en el terremoto del 16 de abril del 2016 y hasta ahora sus estructuras no han sido reconstruidas.
Se trata de una muestra de postergación y mala planificación. Mientras los bomberos siguen esperando a que les construyan nuevos cuarteles, se ha dado paso a obras menos necesarias, dentro de los planes de reconstrucción.
Los bomberos cuyos cuarteles se destruyeron, quedaron sin un espacio adecuado para oficinas o para permanecer a la espera de que la ocasión necesite una irrupción urgente para socorrer a las personas necesitadas de apoyo en emergencia. Ni los municipios ni el Gobierno central ayudan a la superación de estos problemas, con unas pocas excepciones.
“Ni los municipios ni el Gobierno central ayudan a la superación de los problemas”
Es tiempo ya de que el Gobierno tienda una mano a los cuerpos de bomberos, con la reconstrucción de sus cuarteles y la dotación de equipamiento necesario y suficiente.
No se puede postergar la atención de estas instituciones que velan por el bienestar de los ciudadanos, sobre todo en la lucha contra incendios y atención prehospitalaria. No es justo para los bomberos, tampoco para la ciudadanía.
Editorial de El Diario publicado este domingo 20 de marzo del 2022 en nuestra edición impresa.