Pepe Toro es un amigo de toda la vida, de profesión ingeniero agrónomo, que ha combinado su talento con manifestaciones espirituales envueltas en un profundo y, a la vez, mundano misticismo, con las que se ha mostrado siempre, desde los años juveniles, en un marco de cultura exquisita, que adorna con su peculiar conducta de impecable ciudadano y contemporáneo mejor aún. Inquieto por los escombros culturales, que es el devenir de la historia; rebuscar sus huellas interiores; meterse por los vericuetos y meollos del tiempo, en un afán único de dejar para el después un reguero de testimonios, a los que la gente que los desconoce, nos abrazamos con nostalgia repartida fervorosamente entre lo que fue e ignoramos, y lo que es, a veces, igualmente ignorado o ya sabido…