En las condiciones sanitarias en que se encuentra el país por efecto de la aún pandemia del coronavirus, cuya intensidad no disminuye de manera notable, es necesario que el Ministerio de Salud Pública y otros entes apliquen planes urgentes de prevención y atención a las enfermedades estacionales.
Manabí es, históricamente, una de las provincias más afectadas por la incidencia de enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue y el chikunguña, pero también por trastornos estacionales derivados del cambio del clima y el polvo.
Solamente en casos de dengue registró 1.290 casos el año pasado, pero de enero a abril del 2020 hubo 1.362, lo cual indica que este año dejará cifras mucho más altas.
Los médicos prevén un aumento de estos problemas de salud, que suelen presentar síntomas parecidos al COVID-19.
Es urgente, entonces, que se aliste una campaña de prevención que abarque campañas de vacunación, fumigación, control
de vectores pero, también, mecanismos eficientes de diagnóstico para que los tratamientos sean oportunos y, en la medida de lo posible, efectivos.
No es comprensible, por ejemplo, que haya más casos de muertes por sospechas de COVID-19 que los que han sido confirmados.
Esto significaría que Manabí no dispone de suficientes pruebas para decantar los contagios por coronavirus de los que tienen síntomas parecidos.