Ecuador ha atravesado una de las crisis energéticas más severas de las últimas décadas con apagones extensos. Durante dos meses, los racionamientos recurrentes afectaron al país con hasta 14 horas diarias en algunas zonas.
Con esto se evidenció la fragilidad del sistema eléctrico y ha habido pérdidas económicas, interrupción de servicios esenciales y se afectó la vida de la población.
Es imperativo adoptar medidas preventivas para evitar que esta situación se repita. El mantenimiento de las infraestructuras existentes, tanto hídricas como térmicas, debe ser una prioridad impostergable.
“Se debe invertir en el mantenimiento de las centrales y en la generación alternativa”.
Las hidroeléctricas, que generan gran parte de la energía del país, requieren inversiones constantes para garantizar su operatividad. Asimismo, las plantas térmicas necesitan fortalecerse para ser respaldo en situaciones de emergencia.
Además, resulta crucial planificar con una visión sostenible. Ecuador posee un gran potencial para desarrollar energías renovables como la solar, la eólica y la geotérmica.
Estas fuentes, además de ser amigables con el medio ambiente, diversificarían la matriz energética y reducirían la dependencia de fuentes vulnerables.
Los recientes apagones dejaron en penumbras hogares y negocios, exponiendo las debilidades de una planificación insuficiente.
Es el momento de actuar con responsabilidad y urgencia para garantizar un acceso estable, eficiente y sostenible a la energía. Sólo así se construirá un futuro más seguro para el país.
Editorial de El Diario: Publicado el 23 de diciembre del 2024 en nuestra edición impresa.