El más grave problema que enfrenta el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social está en la corrupción y el manejo político, de lo cual se desprende una serie de síntomas de la decadencia de esa institución.
Resulta indignante ver la forma en que se han dilapidado los recursos de esa institución a través de contratos irregulares y compras con sobreprecios. Y, para muestra, basta un botón: en un hospital de Guayaquil, hubo señalamientos en doce convenios de pago de medicinas e insumos por más de 17 millones de dólares.
“Debería ser una institución autónoma y técnica, pero está sujeta a las decisiones del Gobierno”.
Casos como este se cuentan por docenas y se hicieron más notorios en la pandemia.
La corrupción va de la mano del mal manejo político. El IESS debería ser una institución autónoma y técnica, pero está sujeta a las decisiones que emanan del Gobierno central.
Entonces, se vuelve fácilmente un botín del que tanto se obtienen tajadas económicas como se sirven para atender compromisos políticos.
Es posible que haya que revisar elementos como las tablas de jubilaciones y los beneficios que reciben las familias de los afiliados; sin embargo, la mayor tarea está en el combate a la corrupción. De seguro, si esto se logra, se elevarán los niveles de eficiencia institucional.
Editorial de El Diario publicado este domingo 5 de septiembre del 2021 en nuestra edición impresa.