El Impuesto a los Consumos Especiales, ICE, no debería existir, pues lo que hace es elevar el costo de determinados bienes y servicios según el arbitrio de las autoridades.
Expertos aseguran que la finalidad del ICE es restringir el consumo de bienes dañinos para la salud o de tipo suntuario.
No está bien que un gobierno o autoridad tributaria determine qué debe consumirse si está en el marco de lo lícito.
Tampoco es adecuado que se grave un impuesto más alto a un bien al que se considera suntuario o de lujo, pues se convierte en una especie de castigo para quien tiene una mayor capacidad adquisitiva.
Con ese motivo, se cobran impuestos sobre bienes tan necesarios para la vida moderna como los vehículos motorizados, las bolsas plásticas y los cosméticos.
Un gobierno anterior decidió impulsar un programa de cocinas eléctricas y para ello incluyó a las cocinas a gas en el listado de productos que pagaban ICE.
Es indiscutible que el alcohol y el tabaco pueden afectar la salud de las personas, además que los plásticos contaminan el ambiente.
Pero si el Gobierno tiene interés en reducir su uso no debería volverlos más costosos, sino crear conciencia en la ciudadanía.
El ICE debe eliminarse porque su aplicación arbitraria aumenta las brechas en la población, además de tener una finalidad restrictiva sobre el consumo.
Editorial de El Diario publicado este miércoles 11 enero del 2023 en nuestra edición impresa.