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Con la salida de Agustín Casanova de la alcaldía de Portoviejo termina, sin dudas, una era de ocho años caracterizada por un estilo de gestión con balance positivo.

Es indiscutible que han existido errores, tanto de fondo como de forma, pero también es notorio que más han sido los aciertos. Esto se percibe en la población, por el índice de popularidad con el que Casanova ha terminado su administración.

Esta era deja varios legados. Se puede resaltar, como uno de los más importantes, el manejo administrativo basado en la planificación, y el hecho de que en la ejecución del plan priman los conceptos administrativos de una buena gestión por sobre conceptos políticos o de otra índole.

“Una buena gestión por sobre conceptos políticos o de otra índole”.

El cantón debe continuar bajo el mismo estilo de gestión. Si bien el nuevo alcalde y los siguientes pueden ajustar el plan a los nuevos tiempos, a los cambios que vayan surgiendo, e incluso a criterios personales, es necesario que se mantenga el concepto de planificación y profesionalismo en la ejecución.

Así debería ser para conservar un estilo que ha dado resultado y avanzar sobre los planes que están trazados.

Editorial de El Diario publicado este jueves 15 de septiembre del 2022 en nuestra edición impresa.