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En estos días, en que se habla de la necesidad de restar competencias al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, debería considerarse su eliminación, tomando en cuenta la poca utilidad del ente.

Este organismo se creó, desde lo institucional, para mejorar los sistemas de participación social y descentralizar la designación de autoridades de control; sin embargo, en el fondo, su finalidad era reforzar el hiperpresidencialismo, con características de totalitario, del gobierno de entonces.

Ahora, convertido en una entidad con poco protagonismo, incluso debido a las disputas internas, debería replantearse si es necesario que el CPCCS se mantenga como un poder del Estado o, de forma más radical, su desaparición.

“Debería replantearse si es necesario que el CPCCS se mantenga”.

De entre sus competencias, la designación de autoridades bien podría regresar a la Asamblea Nacional, aunque esto no garantiza la despolitización de estos cargos, pues al igual que ahora, las cosas se manejarán según el criterio de las mayorías dominadas por las fuerzas partidistas.

La participación social debería aplicarse a través de oenegés y de las mismas instituciones interesadas.

La consulta popular debe ser la oportunidad para plantear la permanencia de este organismo.

Editorial de El Diario publicado este jueves 20 de octubre del 2022 en nuestra edición impresa.