Causa sorpresa la decisión del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y del Legislativo de ese país de convertir al bitcoin en moneda de uso oficial en el territorio salvadoreño.
El bitcoin es una criptomoneda, o dinero digital, no recomendada por los países debido a su volatilidad y, en consecuencia, su inestabilidad.
Esta medida no es más que una maniobra gubernamental para enfrentar problemas de liquidez, al imponer el uso de una divisa paralela al dólar, aunque se trate de dinero electrónico. Uno de los usos que se promueve es en el envío de remesas por parte de los emigrantes.
“Se tiene que mirar con detenimiento los efectos del uso de la criptomoneda como divisa oficial”.
Organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional ven con escepticismo y preocupación lo que pueda llegar a ocurrir tras un paso tan único.
Ecuador debe estar atento y tomar nota de lo que suceda con la economía salvadoreña como consecuencia de la adopción del bitcoin, en términos de estabilidad monetaria, crecimiento de la economía, legalidad y desarrollo.
Una disposición muy poco ortodoxa y que riñe con los principios económicos de la mayoría de los países, convierte a El Salvador en una especie de laboratorio para el uso oficial de moneda electrónica. Hay que observar.
Editorial de El Diario publicado este domingo 13 de junio del 2021 en nuestra edición impresa.