La violencia desbordada en las cárceles, que se ha ido de las manos al Gobierno, tiene más de una causa y no es un fenómeno nuevo.
Una de esas causas es el establecimiento de varios cárteles internacionales de la droga en Ecuador, en forma directa o a través de contactos, lo cual, a su vez, se deriva de las equivocadas políticas del gobierno de Rafael Correa en cuanto al combate a las drogas en los ámbitos interno y externo.
Se crearon legislaciones permisivas con el narcotráfico y, además, Ecuador se convirtió en una especie de país ideal para la operación de estos grupos pues, al permitirse el microconsumo, se abrió un mercado alternativo para los alcaloides, aunque no tan atractivo como los de Estados Unidos o Europa.
“Se crearon legislaciones permisivas con el narcotráfico y se permitió el microconsumo”.
Estas políticas se mantuvieron con ligera variación en el gobierno de Lenín Moreno, en el que se empezó a agudizar la crisis en los llamados centros de rehabilitación social.
El régimen de Guillermo Lasso debió tomar acciones desde antes de la posesión, pero las medidas que ha adoptado son tibias.
Es verdad que el gobierno actual tiene que responder política y administrativamente porque no puede controlar la violencia en las cárceles; pero los gobiernos anteriores también deben hacerlo por haber sembrado la semilla de este caos que ahora golpea a todo el país.
Editorial de El Diario publicado este lunes 15 de noviembre del 2021 en nuestra edición impresa.
