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La falta de vigilancia suficiente en la frontera norte constituye no solo una puerta abierta a la inseguridad, sino también para el contrabando y la evasión de tributos.

Si bien hay mucho control en pasos legales como el puente de Rumichaca, el movimiento es mucho mayor en los pasos clandestinos ubicados en toda la zona fronteriza norte, sobre todo, por los que pasan mercadería, drogas, armas y personas.

Así, por ejemplo, mientras las autoridades aplican en los pasos legales las medidas sanitarias para evitar el contagio del Fusarium 4, una enfermedad que ataca a los cultivos de plátano y banano y que ha sido hallada en Colombia, en los ilegales no hay tales cuidados. Lo mismo puede decirse de los controles debido a la pandemia del coronavirus.

“Cerca de cien pasos clandestinos permiten el traslado de drogas, contrabando y armas”.

Se ha denunciado la presencia de grupos irregulares colombianos que operan en el territorio ecuatoriano, e incluso se ha encontrado armas que estaban destinadas a abastecer a la guerrilla.

Y así, podrían mencionarse muchos casos más, desde el envío de sustancias precursores de drogas hasta el tráfico de personas.

En la frontera ecuatoriano-colombiana hay cerca de un centenar de pasos clandestinos, que no tienen ningún tipo de control. Ya es hora de que se empiece a mirar hacia ellos.

Editorial de El Diario publicado este lunes 16 de agosto del 2021 en nuestra edición impresa.