El Gobierno debería aprovechar el censo en Manabí para conocer cuántas familias todavía permanecen sin vivienda como consecuencia del terremoto.
Los casos no son pocos, pero ni siquiera el Estado ha podido cuantificarlos. Hay sectores enteros, como la zona central del cantón Jama y algunos barrios del cantón Pedernales, en los que seis años después de la tragedia todavía hay familias que viven en condiciones deplorables, agobiadas por las restricciones económicas que no les permiten acceder a una vivienda en condiciones dignas.
Aunque parezca poco creíble, todavía hay personas que habitan en carpas o en casas endebles de caña y plástico, esperando que el Estado tome conciencia de su situación.
“Todavía hay personas que habitan en carpas o en casas endebles de caña y plástico”.
Después del terremoto se tomó en cuenta a quienes podían demostrar con papeles que eran dueños de las casas destruidas, pero se dejó fuera a las personas que no tenían cómo hacerlo. Y tampoco se cubrieron todas las áreas afectadas.
Es posible que, si se aprovecha el censo de esta forma, el Estado pueda conocer al fin quiénes son y dónde están los damnificados del terremoto para empezar a trabajar por dotarlos de vivienda digna, sea con incentivos o con programas oficiales. Eso sería lo justo.
Editorial de El Diario publicado este viernes 7 de octubre del 2022 en nuestra edición impresa.