La matanza registrada ayer en la Penitenciaría del Litoral demuestra que la inseguridad y violencia en los centros de rehabilitación social de Ecuador sigue fuera de control.
También que la situación se mantiene en manos de organizaciones delictivas que imponen su ley. Además, atemorizan no solo a los internos, sino también a la sociedad.
Este nuevo episodio de violencia extrema y deshumanización en una institución supuestamente resguardada por militares, policías y guías penitenciarios, evidencia que el control estatal en estos lugares es insuficiente, ineficaz y cuestionable.
Tan cruento hecho ocurre en momentos en que la ciudadanía, afectada por una serie de eventos críticos, demanda seguridad.
También que no se repitan episodios de violencia desbordada. Mismos que han convertido a los centros penitenciarios en espacios de horror, en lugar de recintos de rehabilitación.
“La ciudadanía reclama seguridad y que no se repitan hechos como este”.
No se puede permitir que las cárceles vuelvan a ser escenarios de muerte y terror que dieron al país una triste fama de inseguro y violento.
Es urgente que las autoridades revisen sus estrategias, tomen decisiones efectivas y den respuestas inmediatas a esta problemática. Situación que parece haberse convertido en una pesadilla recurrente.
La paz y la seguridad son derechos de la sociedad ecuatoriana, y el Estado debe responder con acciones concretas y sostenibles.
“La violencia en cárceles merece una respuesta”.
Editorial de El Diario: Publicado el 13 de noviembre del 2024 en nuestra edición impresa.