La mendicidad es un problema persistente en las calles de Ecuador y afecta, especialmente, a adultos mayores, menores de edad, personas con discapacidad y migrantes.
La lucha contra este problema, sobre todo en los casos que involucran a niños y adolescentes, debe ser una constante para el Estado ecuatoriano.
La presencia de menores de edad que piden limosnas en las calles es una consecuencia de la desigualdad social. Pero también es un llamado de atención para las instituciones que se encargan de la protección social.
“Hay que fortalecer las acciones para combatir la mendicidad infantil”.
Muchos de estos menores están expuestos a problemas como los abusos, la estigmatización, el trabajo infantil y la deserción escolar.
Hay que fortalecer las acciones para combatir la mendicidad infantil, que parece más intensa en campañas temporales por Navidad y fin de año.
La erradicación de este problema requiere un enfoque sostenido e integral. Hay que hacer énfasis en programas de educación, salud y protección social, al igual que en las oportunidades laborales para las familias.
El compromiso del Estado debe ir más allá de la asistencialidad, atacando las causas estructurales de la pobreza.
Solo así se podrá construir una sociedad en la que los menores no tengan que sobrevivir en las calles en mendicidad, sino desarrollar su potencial en un entorno digno y seguro.
Editorial de El Diario: Publicado el 21 de diciembre del 2024 en nuestra edición impresa.