La deforestación es un problema grave, que debe ser atendido con prioridad y soluciones efectivas.
La eliminación de los bosques y la tala de árboles incide negativamente en el ambiente.
Disminuye la capacidad de absorción del carbono y contribuye al cambio climático.
Además, al poner en riesgo de extinción a especies endémicas, afecta a la biodiversidad.
Además, genera problemas más cercanos, que inciden directamente en el bienestar y los bienes de las personas.
En Manabí, la erosión del suelo, los deslizamientos, el polvo, la ausencia de lluvias, entre otros inconvenientes cíclicos, se atribuyen a la falta de árboles.
“El polvo y el lodo generan cuantiosos gastos en salud y mantenimiento”.
El polvo y el lodo generan cuantiosos gastos en salud, en limpieza y en mantenimiento en las zonas urbanas, principalmente.
No escapa a la realidad de esta provincia la escasez de agua. Por un lado, la deforestación reduce la capacidad del suelo para retener el agua, lo que aumenta el riesgo de inundaciones y, por otro, el recurso hídrico se agota por falta de vegetación.
En Manabí se han desarrollado planes de reforestación, financiados con cuantiosas sumas, que en algunos casos terminaron bajo investigaciones por sospechas de irregularidad, y en otros, no dieron los frutos esperados.
Pero el problema es tan serio que demanda una solución definitiva y eficaz.
Editorial de El Diario publicado este miércoles 22 febrero del 2023 en nuestra edición impresa.