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Con la llegada de las fiestas de Navidad y Año Nuevo  se incrementa la venta indiscriminada de pirotecnia, con lo que, a su vez, aumentan los riesgos de incendios, lesiones y otras afectaciones.

Tradicionalmente, la quema de los monigotes que simbolizan el paso de un año a otro está acompañada de mucho ruido y algarabía, y por ello se ha vuelto tradicional el uso de pirotecnia.

Lo negativo es que esta práctica acarrea riesgos que no deben ser ignorados. Aunque las autoridades suelen anunciar operativos, la venta clandestina sigue siendo más efectiva.

Los incendios y los lamentables casos de personas lesionadas, incluso mutiladas, son un recordatorio doloroso de las consecuencias del mal manejo de estos productos.

“Los incendios y las lesiones son un doloroso recuerdo del mal manejo de pirotecnia”.

Además, el ruido ensordecedor y el humo afectan no solo a las personas, sino también a los animales y al medio ambiente. Las autoridades deben intensificar los controles y actuar con firmeza contra la venta ilegal.

Al mismo tiempo, es necesario sensibilizar a la ciudadanía sobre los riesgos del uso de pirotecnia y fomentar alternativas más seguras para celebrar.

La quema de los ‘años viejos’ es parte de la identidad cultural, pero debe evolucionar hacia prácticas más responsables.

Las festividades no deberían estar marcadas por tragedias evitables, sino por el verdadero espíritu de unión y alegría.

Editorial de El DiarioPublicado el 19 de diciembre del 2024 en nuestra edición impresa.