Conocida popularmente como “oído de nadador”, la otitis externa es una inflamación del conducto auditivo externo que puede volverse muy molesta y, en casos graves, afectar la audición. Especialistas advierten que reconocer los primeros síntomas y actuar rápido es clave para evitar complicaciones, especialmente, cuando hay exposición al agua, que aumenta el riesgo.
Julio Rodrigo Dacosta, director general de MED-EL España y Portugal, explica que, en sus primeras fases, la otitis externa puede manifestarse como un enrojecimiento de la piel interna del oído, dolor leve e incluso la salida de un líquido claro. Un signo característico es el llamado “signo del trago positivo”: cuando tocar el pequeño cartílago delante del canal auditivo provoca un dolor agudo.
Síntomas de casos avanzados
En casos más avanzados, el dolor se intensifica, el color rojo se vuelve más evidente y puede presentarse una ligera pérdida auditiva. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 60% de las pérdidas auditivas relacionadas con complicaciones de la otitis externa en niños podrían evitarse si se toman medidas a tiempo.
Además, el 84% de los casos se registran durante las temporadas de sol, según la OMS, y alrededor del 10% de la población desarrollará esta dolencia alguna vez a lo largo de su vida, de los cuales el 95% serán episodios agudos, según un estudio publicado en StatPearls.
¿Quiénes tienen más riesgo de otitis?
El doctor Alejandro Harguindey, director médico del Instituto de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello de Madrid, explica que la otitis externa es más frecuente en personas que están expuestas con frecuencia al agua, como niños, nadadores o surfistas. También en quienes padecen dermatitis, eccema o psoriasis.
Pero las precauciones deben ser mayores en personas con sistemas inmunitarios debilitados, enfermedades crónicas o en adultos mayores, para quienes una infección puede complicarse más fácilmente.
Claves para prevenirla
La empresa MED-EL recuerda la importancia de la prevención, especialmente durante los meses de calor. Entre las recomendaciones destacan:
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Usar tapones de baño o gorro al nadar en piscinas o en el mar.
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Evitar bañarse en aguas estancadas o que no estén tratadas.
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Secar bien los oídos después del baño, pero sin introducir objetos como bastoncillos, dedos o toallas dentro del canal auditivo.
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En personas con problemas de piel, mantener hidratada la zona del oído con aceites o cremas específicas.
Estos cuidados pueden marcar la diferencia y evitar que la infección aparezca o avance.
Tratamiento según cada caso
Si a pesar de las precauciones aparecen síntomas de infección, los expertos recomiendan acudir cuanto antes a un especialista. “El tratamiento habitual consiste en limpiar el conducto auditivo (aspirar la supuración) y aplicar gotas antibióticas combinadas con corticoides tópicos”, indica el doctor Harguindey.
En situaciones más graves, como cuando hay fiebre o el conducto se inflama demasiado, puede ser necesario recurrir a antibióticos orales, antiinflamatorios e incluso corticoides orales. Y si existe picor intenso, es importante descartar una infección por hongos, que requiere un tratamiento específico con antifúngicos.
Cuando la otitis provoca pérdida auditiva, MED-EL recomienda evaluar la necesidad de un dispositivo auditivo para compensar el déficit, siempre bajo control médico.
Precauciones especiales para quienes usan implantes cocleares
En el caso de usuarios con implantes cocleares, las medidas de prevención y tratamiento deben ser todavía más estrictas. “Aunque la piel del canal auditivo externo esté algo alejada del implante, una infección grave puede extenderse hacia la zona donde pasa el electrodo”, explica Harguindey. De ahí la importancia de tratar cualquier cuadro infeccioso de inmediato para proteger el buen funcionamiento del implante.
Cuidar el oído, una prioridad todo el año
Aunque la época de calor es la de mayor riesgo, los especialistas coinciden en que la salud auditiva debe cuidarse siempre. Prestar atención a las molestias iniciales, evitar prácticas peligrosas como introducir objetos en el oído y consultar al otorrinolaringólogo ante cualquier signo de infección son pasos sencillos que pueden evitar complicaciones serias y preservar algo tan esencial como la audición.