La presente estación invernal, con su fuerte intensidad, ha intensificado un problema en algunos puntos de la geografía del corazón de la provincia de Manabí.
Se registran daños severos desde algunos años en la vía Rocafuerte – Tosagua, sectores como La Pitahaya y, recientemente, en el sector Cerro del Junco, sumado a estos, fuertes deslizamientos de tierras en sectores como Verdun, Chipornia, Los Pozos Larrea, afectando gravemente a la red vial que conecta a estos sectores con los cantones vecinos.
Existiendo, según los expertos, dos criterios: el primero señala que los daños responden a un diaclasamiento del macizo rocoso, asociado a una falla geológica cuaternaria que atraviesa desde El Junco hasta Barquero, haciendo referencia a que se considera una falla geológica a una estructura de deformación. Estas son fracturas en la corteza terrestre donde las capas de roca se desplazan debido a fuerzas tectónicas. Estas fallas pueden generarse por movimientos horizontales, verticales o combinados.
El criterio del MTOP asevera que los daños se deben a una falla geotécnica, es decir, un problema de estabilidad del suelo más superficial, difiriendo del primero.
Siendo uno de los puntos más importantes el grave deterioro de la red estatal (E383), arteria vital para la conexión entre las comunidades rurales y los centros poblados de Manabí, las fallas visibles en las calzadas y los hundimientos en tramos claves han obstaculizado el tránsito y generado graves pérdidas económicas para sus habitantes, por lo que es necesario un trabajo articulado entre los niveles de gobierno para generar un estudio claro y veraz que permita que se realicen inversiones eficaces en la solución definitiva de este problema que aqueja a este sector del país.