El riesgo país de Ecuador se ha reducido de forma sostenida en el último mes, alcanzando el 3 de julio los 797 puntos, el nivel más bajo desde 2022. Esta tendencia debe ser motivo de atención para las autoridades, pues revela una mejora en la percepción internacional sobre la capacidad de pago del país.
Cuando este indicador baja, como ahora, los mercados evalúan con mayor confianza al país, lo que abre la posibilidad de acceder a crédito en mejores condiciones. Eso implica menores tasas de interés, alivio en el pago de la deuda externa y mayor disponibilidad de recursos para las necesidades internas.
Por el contrario, un riesgo país alto refleja desconfianza, lo que encarece el crédito y presiona las finanzas públicas. Durante junio, la cifra cayó desde los 968 puntos, lo que demuestra que ciertos factores internos e internacionales han favorecido esa percepción.
El Gobierno debe hacer todo lo posible por mantener esta tendencia. Para lograrlo, se requieren señales claras de estabilidad política, manejo fiscal responsable y continuidad en los compromisos financieros.
Conservar esta línea permitirá acceder a financiamiento más barato y sostener programas que impulsen el crecimiento económico. El Gobierno debe, por tanto, mantener ese nivel de confianza internacional.