De seguro guardan directa relación y, por lo tanto, deben merecer especial atención del Estado central y los gobiernos autónomos, si se mantiene la guerra interna contra el terrorismo y la narcopolítica.
Pero debemos tener muy claras las cifras para que se puedan plantear objetivos estratégicos con metas medibles en el corto y mediano plazo.
Según el INEC, en pobreza extrema por ingresos se encuentran todas las familias con un ingreso familiar promedio inferior a 2 dólares diarios, es decir, en el año 2024, aproximadamente 1’583.000 personas, equivalentes al 8,8% de la población nacional, de las cuales 120.000 viven en Manabí.
Sin embargo, a pesar del compromiso mundial de erradicar la pobreza extrema y el hambre en el año 2030, considerados como objetivos 1 y 2 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible; y de que, en el Plan Nacional de Desarrollo (PND), como política 1 del objetivo 1, está escrito… “Contribuir a la reducción de la pobreza y pobreza extrema”… mientras la política 7 dice… “Implementar programas de prevención…, con énfasis en la desnutrición crónica infantil”… revisando la ruta trazada, es claro también que no será posible, si analizamos las metas previstas para el año 2025.
Según el PND, desde el año 2023 al año 2025, con una tasa del -3,58%, la pobreza extrema se reducirá del 9,81% al 9,12%, lo que equivale a sacar de dicha condición a 22.000 personas por año. Lo cual parecería exitoso, pero si lo proyectamos en el tiempo, también equivale a reconocer que con ese ritmo solo cumplimos reduciendo, porque para eliminarla se necesitarían 118 años. Es decir, si queremos erradicarla en el año 2040, debemos empezar por incrementar la tasa al -8,2%, con lo que, para el 2030, ya la pobreza extrema bajaría al 5,2%, lo que solo se conseguirá con programas y proyectos con resultados sostenibles, que permitan sacar de dicha condición anualmente a 110.000 personas en el país, incluyendo a 8.000 personas por año en Manabí.
En cuanto a la desnutrición (DCI), si bien la tasa del -3,55% permitiría reducir del 20,1% en el 2023 al 18,7% en el 2025, mejorando cada año la nutrición infantil de 3.500 menores de 2 años, como lo establece la meta del PND, dicha condición se eliminaría del país en 91 años, sin considerar que la meta solo representa al 40% de la población objetivo, debiendo ampliarla hasta los menores de 5 años de edad. Que, en el año 2024, el 17,3% tendría DCI, pero que, según la proyección para el año 2030, llegaría al 19% del grupo etario de 0 a 5 años, por lo que se hace imprescindible ajustar la tasa al -5,2% para bajar al 13,4% en el 2030, mejorando la nutrición de 11.000 niños en Ecuador y 2.000 en Manabí por año, para eliminar la DCI en el año 2047.