La escritora y filósofa política francesa Olympe de Gouges fue la primera mujer erudita en pronunciarse por la igualdad de derechos civiles entre hombres y mujeres, al publicar en 1791 el artículo “La Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana”.
A partir de ahí, la historia de las mujeres muestra las luchas, logros y desafíos que han enfrentado ellas en diferentes contextos históricos y sociales.
En Ecuador, Matilde Hidalgo Navarro se convirtió en la primera mujer en sufragar en las elecciones de 1925, marcando un hito importante en la lucha por la igualdad de género y allanando el camino para que las mujeres obtuvieran el derecho al voto de manera formal en la Constitución de 1929. Desde 1967, el voto de la mujer es obligatorio.
La Ley de Cuotas, aprobada en 1997, se implementó para asegurar la representación femenina en los espacios de poder y combatir la discriminación por género.
Desde 2020, el art. 99 del Código de la Democracia avalaba que los binomios presidenciales fueran representados por mujeres y hombres. En las elecciones de 2023, se convirtió en exigible en la contienda presidencial.
En las elecciones presidenciales de 2025, 5’162.840 ecuatorianos sufragaron con la esperanza de sustanciales cambios a favor de todos y todas, la construcción de un país plural y justo. Por lo que, con gran sorpresa e indignación, se han recibido los cambios que la Asamblea Nacional ha realizado en diferentes ámbitos y que menoscaban la estabilidad y avances políticos, sociales, económicos y laborales de los ecuatorianos.
Específicamente, la primera función del Estado recientemente aprobó una reforma al art. 99 del Código de la Democracia, donde se elimina la paridad obligatoria en binomios presidenciales; sin debate público, sin conocimiento de todos los legisladores ni de la ciudadanía, como lo exige la Ley Orgánica de la Función Legislativa.
Ya son múltiples los organismos que expresan su rechazo a la decisión de eliminar la plena paridad de los binomios, hecho que representa un grave retroceso para los derechos políticos de las mujeres. Se empañan más de 100 años de lucha femenina por el reconocimiento y participación de la mujer en espacios oficiales y de poder.
Eliminar la paridad es invisibilizar nuevamente a las mujeres, es marginarlas a puestos sin opciones de ser elegidas, contraviniendo los principios de igualdad, no discriminación y progresividad, establecidos en la Constitución del Ecuador.
Se violentan instrumentos internacionales como la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), la Convención de Belén do Pará, de los cuales Ecuador es firmante.
Al hacerlo, estarían pasando por encima de las mujeres, quienes han luchado y conseguido a pulso cada uno de estos avances.