Una cosa que siempre pasa en los pueblos y ciudades es que los municipios hacen una obra y dejan el lugar peor que antes.
Rompen el asfalto, hacen zanjas, meten las máquinas y cuando terminan lo que iban a hacer, se van y dejan todo mal. Las calles quedan con huecos, con tierra suelta, y con tiempo eso se vuelve baches y zanjas que dañan los carros y hacen tropezar a la gente.
Uno entiende que hay que hacer obras, que si una tubería está rota hay que abrir la calle, que si van a meter cables o arreglar el alcantarillado tienen que trabajar en eso. Pero lo que no se entiende es por qué no arreglan bien la calle después. ¿No pueden poner el asfalto como estaba antes? ¿No tienen personal para eso? ¿O simplemente no les importa?
Esto afea la ciudad, hace que se vea sucia, maltratada, como abandonada. Pero lo más grave es que es peligroso. Uno puede ir en moto o en bicicleta y caer en un hueco. Un carro se puede dañar. Una señora mayor puede tropezarse. ¿Y quién se hace responsable? Nadie. Absolutamente nadie. Fue un accidente y nada más.
Los municipios deberían tener una norma que diga: si rompes, reparas. Y no después de semanas o meses, sino enseguida. No es justo que una obra para mejorar algo termine dejando todo peor. Las ciudades no se merecen eso, ni la gente tampoco.